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La subidivisión de habitaciones: una trampa del negocio inmobiliario

 

En el casco urbano de la ciudad de La Plata es habitual encontrarse con departamentos cuyas habitaciones están subdivididas con paredes de durlok, ofrecidas “a dividir”, o disfrazadas como “vestidor”. La única consecuencia no sería el aumento del alquiler, sino también la sobrepoblación en el centro platense.

 

-¿Tenés acreditación de la facultad?

-No.

-Bueno, dame tu nombre, apellido y d.n.i. ¿Sos algo del arquitecto Rebolledo?

-No. Soy de Entre Ríos. ¿Para tanto?

-Sí, porque vos no podés venir acá a preguntarme algo tan puntual. Vos me querías hacer decir algo.

Afirmó con el entrecejo fruncido y los brazos cruzados un hombre mayor, robusto y de traje: era Héctor Agostinelli, el dueño de la inmobiliaria homónima. Estaba sentado detrás de su impecable escritorio y me observaba fijo al interrogarme. Lo curioso es que recordó pedirme alguna documentación después de que le realizara la entrevista, la cual se basó en un departamento comercializado por esta empresa, que a la venta se ofrecía como un dormitorio más vestidor o “1/ 2 dormitorios”.

— ¿Qué se supone que es 1/ 2 dormitorios? Pues bien, Agostinelli

- Es un vestidor. Si vos le ponés un placard y le ponés ropa, ponés una cama, podés dormir, puede ser un dormitorio, porque una cama entra…. Pero es un vestidor, no es un dormitorio - Por lo tanto es una habitación, con todos los elementos de un dormitorio, que funciona como dormitorio, pero es un vestidor porque así dicen los planos.

El departamento en cuestión forma parte de un proyecto de edificio ubicado en 64 entre 12 y 13, cuyos primeros siete pisos están conformados por ocho departamentos exactamente iguales, todos con vestidor.

Los motivos por el cual esta inmobiliaria no comercializa directamente como dos dormitorios, tiene que ver con la legislación vigente en cuanto a densidad poblacional. En cualquier ciudad hay leyes que delimitan la cantidad de habitantes según las zonas, para regular el buen funcionamiento de las redes de servicios públicos, y para que no exista saturación poblacional. En el casco urbano de La Plata, este límite es de 1000 personas por hectárea. El edificio de Agostinelli, en función a su tamaño y a la zona, podía incluir 163 personas. Con los departamentos de una sola habitación, el cálculo daba como resultado que entrarían 160. Pero con el vestidor funcionando de habitación, esa cuenta se dispara a 272, lo cual significa un 42% más de población sólo dentro de ese edificio. No es difícil imaginarse las consecuencias si esto se realizara de manera sistemática.

También existen otros motivos y otras formas de subdividir departamentos. Una muy común es la de agregar paredes de placa de yeso (más conocidas como la marca: “Durlok”). Puede agregarla la misma empresa constructora o quien vaya a adquirir el departamento. Esto no afecta en nada la venta ya que dividir no modifica el precio: se taza en función a los metros cuadrados. Lo que sí afecta es el precio a la hora de alquilar: no vale lo mismo un departamento de una habitación que de dos habitaciones. En este caso, la inmobiliaria construya o no, también saca más rédito económico. Esto lo confirmó un empleado de Apreda propiedades que luego de insistir en que ellos, es decir, la inmobiliaria no eran quienes dividían, sí se encargaban de la venta y/o alquiler : — El propietario saca más ganancia porque alquila como un dormitorio y un escritorio. La inmobiliaria no. O sea, sale más ganancia con el porcentaje que gana de alquiler de un dos dormitorios que de un dormitorio. La inmobiliaria tiene un porcentaje de gasto administrativo que tiene que ver con el valor del alquiler. Lógicamente si el alquiler es mayor, porque está dividido con un durlok y te lo ofrecen como dos dormitorios, la inmobiliaria gana mas.

Dos ejemplos más de este tipo de divisiones, son los departamentos comercializados por la empresa también constructora “Building” y la inmobiliaria “Veimar”. El primero, ubicado en 55 entre 13 y 14, tiene un dormitorio “a dividir” que no llega ni siquiera al metraje legal de 14 m2. El segundo, ya dividido, y ubicado en calle 27 y 45, tampoco cuenta con dicha medida.

Estos casos son claros ejemplos de cómo estas empresas esquivan las legislaciones vigentes y el control municipal. Tal vez, es por esto que el sr. Agostnelli se molestó tanto: el negocio está sumamente a la vista, cualquiera que busque para alquilar se encontrará con departamentos de estas características y sin embargo, no parece haber nada que lo modifique o regule. Tal vez nunca antes había tenido que contestar por esta trampa que afecta no sólo al inquilino, a causa del incremento del alquiler y las incomodidades a la hora de contar con una habitación reducida, sino también y fundamentalmente, a la población al saturar los edificios; porque al fin y al cabo, citando al arquitecto Santiago Weber, “Los habitantes en definitiva están atados a los dormitorios”.

 

 

 

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